Id y Anunciad

Sentada ante mi ventana veía como se habían esfumado mis días, se ha pasado mi vida sin que me hubiera dado cuenta. Como si no la hubiera vivido. Y el caso es que no me siento mayor si no me miro al espejo. Y el Señor dice: La vida del hombre es un soplo, es como la flor del campo, se pasa y no queda rastro de ella. Cuando se está metida en los problemas de la vida parece que tarda mas en pasar. Ahora me siento joven sin serlo al vivir en el amor. El amor es siempre joven, siempre niño. Por eso lo importante es ir por el mundo y proclamar la buena nueva del Señor. Dios es amor, y el amor es siempre niño, siempre joven, el amor de Dios nunca se acaba. Esa es la mejor noticia que nadie nos puede dar.

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