Convertíos

Jesús nos llama a la conversión. Convertirse es nadar contra corriente, por que sabemos donde nos lleva la corriente del mundo, a un lugar contrario al de Dios, y es más fácil dejarse llevar por la corriente, que nadar contra ella, y eso es lo que hace en nosotros la conversión, nadar en contra de esa corriente que nos lleva a la perdición.