El que contempla ve, lo que los ojos no ven

Es cierto que el que contempla ve con los ojos del corazón, los ojos de la cara solo ven la realidad que tiene delante, mientras los ojos del corazón ven lo que esconde ese realidad. Jesús un día fue a su pueblo con sus discípulos, como era su costumbre entró en la sinagoga. Todos estaban admirados de las palabras de sabiduría que salían de su boca. La multitud que lo escuchaba preguntaba asombrada, ¿No es este hijo de José el carpintero y de Maria? ¿No conocemos a todos sus parientes que viven entre nosotros? Y todos se escandalizaron de el, por que no tenían fe, y no pudieron ver lo que se puede ver con los ojos de la fe.